Lección para el Sábado 25 de Diciembre del 2021 (Comentarios)

Huesos

La lección para este sábado es referente al pueblo de Israel. Habla de su esparcimiento de tantos siglos debido a los pecados que cometieron, al grado de que su pecado fue comparado a “inmundicia de mujer menstruosa” (Ezequiel 36:17).

En esta profecía en Ezequiel capítulos 36 y 37, el Señor compara a Israel como un campo de huesos secos (Ezequiel 37:11). Su pecado llegó a tal extremo que figurativamente su estado espiritual llegó a “quedar como en huesos secos” tal y como el dicho común es aplicado a alguien que no se alimenta bien, y se le dice: “te estás quedando en los puros huesos”. Así Israel comenzó a debilitarse por su pecado al rechazar el alimento o espíritu que Dios les había dado. Ellos no quisieron guardar Sus Mandamientos y se fueron a la idolatría. Entonces el Señor los entregó a lo que ellos mismos querían y los esparció entre las naciones de la tierra –las cuales vinieron a ser sus “sepulcros” y allí vinieron a ser el oprobio de las gentes. (Leer Ezequiel 36:3; 37:12-13). Las naciones murmurarían contra su Dios diciendo: “¿es este el pueblo de Dios?”

Sin embargo, el Señor había predestinado a Israel para hacer de ellos un gran pueblo por amor a sus padres Abraham, Isaac, y Jacob, y por amor a SU SANTO NOMBRE (Ezequiel 36:22, 32); por ello esta profecía dice que el Señor reviviría a todos estos “huesos secos” y los iba a cubrir de carne y de nervios, y los sacaría de todos esos “sepulcros” (naciones) a donde habían sido esparcidos; a más de esto, los iba a multiplicar de hombres y de bestias, y en el tiempo de su retorno el Señor les volvería a dar de su espíritu, pero esta vez a través de un nuevo pacto, que esta vez escribiría sus leyes en el alma de ellos, en las tablas de sus corazones las escribiría. (Hebreos 8:8-10; leer los versos en la pregunta 5).

Muy aparte de los periodos de esclavitud que Israel y Judá pasaron en varias naciones antes de la primera venida del Señor Jesucristo, el pueblo de Israel fue esparcido en su totalidad entre todas las naciones del mundo después de la destrucción de Jerusalén en el año 70 d.C., y las naciones fueron como los sepulcros de esos “huesos secos” que se quedaron sin su tierra prometida y tuvieron que sufrir el escarnio de vivir como extranjeros y pasar por la terrible experiencia de la segunda guerra mundial donde Hitler exterminó a casi seis millones de ellos. Fue a partir del año de 1948, cuando recuperaron su territorio y comenzaron a volver en sí, y esos “huesos secos” comenzaron a llenarse de nervios y de carne, porque el Señor los reviviría y los sacaría de sus sepulcros –naciones donde estuvieron sepultados mucho tiempo y los llevaría de nuevo a su tierra prometida, la tierra de Israel.

Y así, como se llevaron las riquezas de Egipto cuando salieron de su esclavitud en esa nación, así ahora, Dios les ha dado facultad, inteligencia y sabiduría, para estar llevándose la riqueza de las naciones en las que fueron esparcidos. Esta será una de las causas por las cuales al final del cumplimiento de esta profecía, TODAS las naciones subirán hacia la ciudad amada de Jerusalén para exterminarla. Pero en esos días descenderá el Señor Jesucristo y defenderá a su pueblo.

La pregunta 9, explica la extraordinaria fortaleza de los hombres de Israel en aquellos días, cuando dice que el hombre más “flaco” o débil, será como David, uno de los reyes más valientes y poderosos que jamás hayan existido. En esos días ellos reconocerán a su Mesías y el Señor los lavará con agua limpia, limpiará su inmundicia y pondrá espíritu nuevo en ellos. (Ezequiel 36:24-27).

REFLEXION:

Nosotros hoy, como pueblo de Dios, y herederos de las promesas hechas a nuestro padre Abraham por fe, debemos seguir alimentándonos del Espíritu Santo de Dios para no enflaquecer y venir a ser como “huesos secos” sin espíritu y sin vida.

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