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Algunas Claves para Recibir la Salvación

Verso Clave: "Aquí está la paciencia de los santos; aquí están los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús". Revelación 14:12.

Hay tres preceptos básicos que debemos seguir para obtener la salvación y recibir el regalo de la vida eterna. Estos tres son:

1. Ama al Señor tu Dios. El verdadero fundamento de nuestra fe es un honesto y sincero amor por Dios. Jesús afirmó esto claramente cuando dijo: "Amarás pues al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente y de todas tus fuerzas; este es el principal mandamiento". (Marcos 12:30). Jesús afirmó que el primer y más grande mandamiento es amar a Dios. Sin amor por Dios, nuestra fe es vana. Podemos guardar toda la ley y los mandamientos de Dios para perfección, pero sin amor verdadero por Dios estos no tienen ningún beneficio para nosotros.

¿Por tanto podemos concluir que la ley y los mandamientos de Dios no tienen efecto, a menos que amemos a Dios? El libro de 1 Juan tiene la respuesta. "En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, cuando amamos a Dios, y guardamos sus mandamientos. Porque este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos". (1 Juan 5:2-3). El amor de Dios es guardar sus mandamientos y si le amamos, vamos a guardar sus mandamientos. Es imposible amar a Dios y no guardar sus mandamientos, porque sólo guardando sus mandamientos mostramos nuestro amor por Dios.

2. Aceptar a Jesucristo como tu salvador personal, arrepentirnos de nuestros pecados y ser bautizado en el nombre del “Señor Jesucristo”. El libro de los Hechos nos cuenta la historia del eunuco de Etiopia quien estaba buscando la verdad. Después que Felipe le predicó la palabra de Dios, leemos estos versos: "Y yendo por el camino, llegaron a cierta agua; y dijo el eunuco: He aquí agua; ¿qué impide que yo sea bautizado? Y Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Y mandó parar el carro: y descendieron ambos al agua, Felipe y el eunuco; y bautizóle". (Hechos 8:36-38). Las frases clave en este texto son: “Si crees de todo corazón” y “Creo que Jesucristo es el hijo de Dios” para recibir salvación, uno debe creer que Jesucristo es el hijo de Dios.

Juan Bautista indicó esto de otra forma: "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él". (Juan 3:36). Se requiere creer en el hijo de Dios para tener salvación, pero esto va más allá. Debemos también entregar nuestras vidas a Dios y poner nuestra fe y confianza en Jesucristo. Pablo habla de esta confianza en su carta a los efesios. "Para que seamos para alabanza de su gloria, nosotros que antes esperamos en Cristo. En cual esperasteis también vosotros en oyendo la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salud: en el cual también desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa". (Efesios 1:12-13). De estos versos, vemos que no sólo debemos creer en Cristo, sino debemos confiar en Él. Cuando confiamos en Cristo y entregamos nuestras vidas a él, el pide que lo sigamos. "Y habloles Jesús otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, mas tendrá la lumbre de la vida". (Juan 8:12). "Porque para esto sois llamados; Pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado; ni fue hallado engaño en su boca: quien cuando le maldecían, no retornaba maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino remitía la causa al que juzga justamente". (1 Pedro 2:21-23).

Aceptar a Jesucristo como nuestro salvador personal requiere que creamos que Él es el hijo de Dios, entregar nuestras vidas a Él y creerle, y moldear nuestras vidas con Su Ejemplo. "Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo fue muerto por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras". (1 Corintios 15:3-4). "Por tanto mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual ganó por su sangre". (Hechos 20:28).

A través de la muerte y resurrección de Cristo, tenemos la esperanza de la salvación. La sangre que Él derramó ha comprado a todos y cada uno de nosotros que lo aceptemos. Sólo aceptándolo como nuestro salvador personal podemos participar de esta esperanza y recibir nuestra recompensa de vida eterna.

3. Esforzarse continuamente para una mejor comprensión de la verdad de Dios. Ningún hombre puede obtener un perfecto y completo entendimiento de la verdad de Dios. Estamos limitados por nuestras imperfecciones humanas. Por tanto debemos estudiar constantemente y esforzarnos por un mayor y más profundo entendimiento del plan de Dios para nosotros y su Iglesia. Timoteo escribe: "Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que traza bien la palabra de verdad". (2 Timoteo 2:15). Este texto indica el método, el enfoque y los resultados. Estudiando nos mostramos aprobamos. Debemos acercarnos al estudio como un obrero y no avergonzarnos del trabajo que emprendemos.

El resultado de este estudio será una comprensión más profunda de la verdad. El punto clave aquí es ser aprobado delante de Dios, debemos estudiar Su Palabra. Nuestra salvación depende de ello. "Más creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén". (2 Pedro 3:18). Las palabras de Pedro aplican para nosotros ahora, así como lo hicieron para los hermanos de su tiempo. Debemos continuar creciendo en la gracia y conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

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