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La resurrección de los muertos

Comenzaremos nuestro artículo preguntando:

¿Es verdad que los muertos resucitan? ¿Llegará un día cuando resucitarán los muertos como lo establecen las Santas Escrituras? ¿O la única esperanza del ser humano es ir a la sepultura y que allí perezca para siempre?

La Escritura dice ¡que NO! Y el mismo Hijo de Dios, el Señor Jesucristo, demostró lo contrario con su propia resurrección. Cuando después de estar tres días y tres noches en el sepulcro, (72 horas), salió de él habiendo resucitado de los muertos, y habiéndose aparecido a muchos hermanos durante 40 días.

Desde la antigüedad, todos los que han aceptado que hay un Dios verdadero, han sabido también que hay una vida eterna, y que hay una resurrección de muertos. El evangelio de Jesucristo fue también predicado en los tiempos del Antiguo Testamento, así como a nosotros nos ha sido predicado en este tiempo. El evangelio de Jesucristo se refiere enfáticamente a la resurrección de los muertos. Aún, Adán y Eva recibieron está esperanza de una reivindicación para vida eterna cuando pecaron, y fueron expulsados del jardín del Edén. Varones como el patriarca Abraham fueron evangelizados en esta misma fe.

En Gálatas 3:8, dice:

“Y viendo antes la Escritura que Dios por la fe había de justificar a los gentiles, EVANGELIZO antes a Abraham. Diciendo: En ti serán benditas todas las naciones”.

Abraham recibió el mismo evangelio de la resurrección de los muertos, por ello tuvo la esperanza de ver un día la ciudad de Dios, la Nueva Jerusalén, porque tenía la esperanza de resucitar en el día postrero. (Hebreos 11:8-10).

Job, otro contemporáneo de Abraham, sabía también sobre la resurrección de los muertos, y por ello habló con conocimiento haciendo una pregunta muy famosa:

“Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir? Todos los días de mi edad esperaré hasta que venga mi mutación”.

Esta edad a la que se refiere Job aquí, es esa edad que continúa después que uno va a la sepultura. Por ejemplo: es muy común decir: tiene un año de muerto, tiene dos, o diez, o veinte años de muerto. ¿Cuántos años tendrá Job esperando en el sepulcro? Sin embargo, él dice que esperaría todos los días de su edad hasta que viniera su mutación o resurrección.Los versos siguen diciendo:

“Aficionado a la obra de tus manos, LLAMARAS, y yo te responderé.” Job 14:14-15.

Job sabía que Dios no permitiría que su obra más grande – el hombre, muriera para siempre y se quedara en el sepulcro. Job sabía que Dios es aficionado a la obra de sus manos, y que un día él lo llamaría de entre los muertos para resucitarlo, y él le respondería. Estas palabras son muy parecidas a lo registrado en: Juan 11:43-44, cuando el Señor Jesucristo resucitó a Lázaro de los muertos; aquí describen la manera del Señor Jesucristo para resucitar a los muertos:

“Y habiendo dicho estas cosas, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había estado muerto, salió, atadas las manos y los pies con vendas; y su rostro envuelto en un sudario. Díceles Jesús: Desatadle, y dejadle ir.”

Esto ratifica la creencia de Job, el Señor llamará con gran voz a sus hijos, a todos los que hayan creído en su resurrección, y ellos le responderán y saldrán de sus sepulcros, así como el mismo Señor Jesucristo resucitó y salió de su sepulcro después de su resurrección.

Martha, la hermana de Lázaro, también sabía de la resurrección de los muertos, pues cuando el Señor le dice: “Resucitará tu hermano. Marta le dice: Yo sé que resucitará en la resurrección en el día postrero.” Juan 11:23-24. Entonces el Señor le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.” Verso 25. Por estos testimonios nos damos cuenta, que los hijos de Dios de todos los tiempos siempre han sabido que hay una resurrección de muertos, y que ésta se efectuará en el día postrero. Sin embargo, en esa ocasión especial, ni Marta, ni Lázaro, necesitaban esperar hasta el día postrero, porque entre ellos estaba el que tiene el poder de resucitar a los muertos y volverlos a la vida, el SEÑOR JESUCRISTO, por eso dijo: “Yo soy la resurrección y la vida.”

El apóstol Pablo, ratifica en I Tesalonicenses 4:16-18, la resurrección y la forma que el Señor usará para este bendito evento: “Porque el mismo Señor con aclamación, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros, los que vivimos, los que quedamos juntamente con ellos seremos arrebatados en las nubes a recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, consolaos los unos a los otros en estas palabras.”

Leamos también en I Corintios 15:50-52: “Esto empero os digo, hermanos: Que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni la corrupción hereda la incorrupción. He aquí, os digo un misterio: Todos ciertamente no dormiremos, mas todos seremos transformados. En un momento, en un abrir de ojo, a la final trompeta: porque será tocada la trompeta, y los muertos serán levantados sin corrupción, y nosotros seremos transformados”.

¿No es acaso maravillosa la forma en que las Escrituras dan testimonio de la resurrección de los muertos, en diferentes libros de la Biblia, y en diferentes acontecimientos?

EL MAYOR TESTIMONIO ES LA RESURRECCION DEL SEÑOR JESUCRISTO:

En el evangelio de Mateo 28:1-7, el ángel dio testimonio de la resurrección de Jesús:“Y en la víspera de sábado, que amanece para el primer día de la semana, vinieron María Magdalena, y la otra María, a ver el sepulcro. Y he aquí, fue hecho un gran terremoto, porque el ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, había revuelto la piedra, y estaba sentado sobre ella. Y su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos. Y respondiendo el ángel, dijo a las mujeres: No temáis vosotras: porque yo sé que buscáis a Jesús, que fue crucificado. No está aquí; porque ha resucitado como dijo: Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id presto, decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos; y que va delante de vosotros a Galilea; allí LE VEREIS. He aquí, OS LO HE DICHO.”

La finalidad de que el Hijo de Dios haya venido a la tierra a nacer de una mujer fue para mostrar que hay resurrección de muertos. Esta es también la finalidad de la profecía y de los evangelios. El Señor fue un ser humano nacido de mujer, que fue muerto como cualquier otro ser humano, y que resucitó al tercer día, esto es, después de 72 horas de haber sido puesto en el sepulcro. El mayor enemigo del ser humano es la muerte, más el Señor Jesucristo venció a la muerte. S. Juan 3:16. Después de su resurrección se apareció a muchos hermanos, a los apóstoles, a las Marías, a los discípulos en el aposento alto, en el mar de Galilea, a 400 hermanos juntos, etc.…

El es el primero de la resurrección. ¿Cuándo pues, resucitarán los que hayan creído en él? “Porque así como en Adán todos mueren, así también en Cristo todos serán vivificados. Mas cada uno en su orden: Cristo las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida” (I Corintios 15:22-23).

El poder de la resurrección está en el Hijo de Dios. San Juan 5:21-29.

“Porque como el Padre levanta los muertos y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo: Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida. De cierto, de cierto os digo; Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que oyeren vivirán. Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dio también al Hijo que tuviese vida en sí mismo. Y también le dio poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del Hombre. No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz. Y los que hicieron bien; saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron mal, a resurrección de condenación.”

Así que el hombre natural, nace, crece, se reproduce, y comienza a decrecer y va a la sepultura. Pero vino el Señor Jesucristo a dotarnos de su energía espiritual, de su Espíritu Santo, para tener vida en abundancia, esto es para vida eterna.

“Y sí el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó a Cristo Jesús de los muertos, vivificará vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11).

Si tenemos este Espíritu, Fe, Esperanza, y manera de pensar o creer, la misma resurrección o transformación de lo mortal a lo inmortal se efectuará en nosotros, y entonces seremos llamados los “Hijos de la Resurrección.”

¿Si el hombre muriere volverá a vivir? ¡Si, por supuesto, la palabra de Dios dice que Si!

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